Mientras estaba escondida, Valeria ve cómo Leonor se comunica con el exterior mediante un teléfono vía satélite. Intenta contárselo a su padre pero Leonor juega sus cartas para dejarla de mentirosa y niña malcriada. La pequeña tiene claro que los recién llegados ocultan algo y no es la única, también Ulises ha comenzado a sospechar de ellos. Está seguro de que Víctor ocultaba algo en su cesto de la ropa sucia cuando se ha cruzado con él en los pasillos. Unas sospechas que se confirmarán cuando encuentra una bala en el suelo ¿se ha caído del cesto de Víctor? ¿Están armados los nuevos inquilinos del Estrella Polar? Al poner en común sus impresiones con De la Cuadra y el Capitán, se dan cuenta de lo que está sucediendo en realidad. Los náufragos al saberse descubiertos, deciden tomar el barco por la fuerza.
El capitán intenta convencer a Julia de que no se acostó con Leonor pero sus explicaciones parecen empeorar aún más la situación. La doctora le deja claro cuál es la solución para evitar conflictos: no volver a pasar la raya de lo personal. El capitán se queda hundido.
También Ulises atraviesa horas bajas con Ainhoa, después de haberla sorprendido intimando con Gamboa, su peor enemigo. No sospecha que la realidad es muy diferente a la que él imagina.
A Piti, sin embargo, empiezan por fin a funcionarle las cosas con Vilma. Quiere irse a vivir con ella y De la Cuadra les da la una peculiar solución: el camarote 31. Allí fue donde encontraron los cadáveres del antiguo capitán del Estrella y sus marineros, encerrados para no contagiar al resto de la tripulación con la gripe que padecían. La idea horroriza a Piti, pero no quedan más opciones, así que decide seguir adelante sin decirle nada a Vilma.
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